Me veo en ti como puedo ver mi reflejo en un lago de agua clara y cristalina. Con esa fuerza y a su vez esa ternura que solo es capaz de mostrarte alguien que es real.
Abro mi corazón y te muestro lo que hay en su interior. Mis infinitas dudas, mis grandes temores, mis profundos anhelos, mis secretos deseos y al mirarte descubro que son los mismos que, al igual que yo, albergas en lo mas profundo, tan cerca del alma.
Porque tu estabas ahí, en mi despertar, con un fuerte hombro en el que apoyarse y una mochila repleta de buenos consejos que no eran mas que experiencias vividas, con tu permanente sonrisa y ese guiño de inocente maldad que te hace ser única y especial.
He reído, he llorado, he sentido he crecido, he brillado y me he desgarrado por dentro y a su vez, tu estabas ahí, sintiendo lo mismo que yo aunque fuera a un tiempo y de un modo distintos.
Sufro con tu pena y me hace sonreír tu felicidad, pues a pesar de la lejanía te has convertido en esa desconocida amiga a la que únicamente te unen esos pocos momentos en los que vives lejos de tu cotidiana realidad y sin embargo sientes como si siempre hubiera estado ahí contigo.
Junto a tu fuerza, puedo ver en ti ese resplandor de quien alberga un alma sumisa, esa misma que siento en mi interior, esa que compartimos, pues con nuestras muchas semejanzas y nuestras pequeñas diferencias puedo ver en ti, en tu interior, mi propio reflejo.
vera.
vera.
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