viernes, 13 de mayo de 2016

Amanecer... el filo del placer




Desperté mucho antes del amanecer, antes de descubrir los ojos pardos de mi rubio moloso, de notar el húmedo hocico apremiándome como todos los días, contento y agitado moviéndose alrededor de mi cama. Desperté antes incluso de que el primer destello de sol anunciara la llegada del nuevo día.

Desperté pensando en noches de insomnio… noches que se tornaron amaneceres envueltos en un sentir especial, acariciados por esas palabras, que a mi pensamiento retornaban a cualquier hora del día, que me hacían sonreír.

Cerré nuevamente mis ojos intentando recuperar el abrazo de sus palabras entre la bruma de un sueño, regresando a un momento mágico que me permitiera recuperar ese sentir, antes siquiera de saber si en los próximos días me sería posible vivirlo de nuevo.

Me sobresaltó el contacto de unas manos fuertes apresando mis tobillos, arrastrando mi cuerpo a los pies de la cama, abriendo mis piernas hasta el punto de sentir una fuerte presión en las ingles. Apresando mis pies, antes de que mi mente tuviera a penas tiempo de reaccionar, uno tras otro, para mantenerlos en esa postura… inmóvil.