sábado, 3 de mayo de 2014

En Sus Manos...



… sientes que eres capaz de todo, de cualquier cosa que Él pueda ordenarte.

Tu imperfecto cuerpo toma forma bajo el poder de sus cuerdas, con su presión, con la resistencia de tu piel que sientes marcada, se torna perfecto,  hermoso lienzo en donde plasma aquello que crea en ti, eso que será tu historia, o parte de ella.
Feliz cual marioneta en manos de su Dueño, ese que tan hábilmente la maneja, en ese instante  en que le concede el honor del movimiento, de la libertad, de poder revivir de nuevo entre sus cuerdas, cuidadoso en todo momento de no  soltarla para que no se encuentre de pronto siendo un montón de trozos de madera inanimada, sin vida, sobre el suelo.
Puedes sentir el placer de su tirantez al inspirar, sintiendo cada tramo de cuerda, cada nudo, presionando tu piel y el anhelo al sentir que de ti se desprende al exhalar y aflojar esa presión.

Rozas con tus dedos cada pedazo de cuerda sobre ti, cada parte de tu piel desnuda, tu humedad empapando ese tramo de cuerda y puedes sentir la excitación que por momentos te embarga, colmando todo tu ser de esa sensación, tu palpitar se acelera hasta el punto que no eres capaz de oír nada mas, de sentir otra cosa que no sea a Él dentro de ti y explotas en un cúmulo de sensaciones y de placer.

Te alojas  en profundo sueño sintiéndote arropada, protegida bajo su manto, sintiéndolo sobre tu piel y también bajo ella, en tu interior.

La tenue luz del amanecer cubre tu cuerpo y sientes su cálida sensación, de pronto despiertas y experimentas ese leve temor de tener que desprenderte de ese intenso sentir, de esa dulce sensación.

A medida que vas deshaciendo las ataduras, notas poco a poco que ese sentir no te abandona, pero te deja huérfana, desnuda, falta de ese poder sobre ti, ese que necesitas y anhelas más que cualquier otra cosa.


Ese desamparo se desvanece al posar de nuevo tus manos sobre tu piel, esas que no son tuyas pues ya no es a ti a quien pertenecen, a quien obedecen, le pertenecen a Él y puedes de nuevo sentirlo en ti, en lo más profundo de tu interior.




vera.






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