jueves, 24 de octubre de 2013

Dulcemente Aguarda



DULCEMENTE AGUARDA


En la lejanía su dulce e indómita,
dormita la indómita mientras la dulce aguarda.
La tibia calma de la luz muriendo tarda,
mas espera paciente, para de su Amo ser mérita.

Ansiosa espera el hermoso presente,
con el gélido temor de ser de él privada.
De su cuerpo y de su alma él es regente,
la virtud de su presencia, harto anhelada.

Necesidad de saberse realmente poseída,
por él, conocedor de todo lo que alberga su alma.
Él la disciplina, le hace mantener la calma,
forjando su interior, tiernamente sometida.

Abandona la indómita el influjo de Morfeo,
anhelante de pasión, puro fuego creciente.
Cual mariposa en libertad inicia su aleteo,
para caer en brazos de aquel que su fuerza aliente.

Recién moldeada emerge del crisol
Y cual musa de Apolo resplandece.
La triste oscuridad de su interior perece
bajo la cálida luz de su Amo, su dios Sol.

El placer del dolor que le otorga, dulce agonía,
mas la larga espera resulta demasiado amarga.
Arde la indómita de deseo, lo ansía.
La dulce sumisa, dulcemente aguarda.

vera



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