miércoles, 3 de junio de 2015

Calma inquieta



No puedo escribir, no puedo leer, incluso por momentos, me cuesta trabajo pensar...


La ansiedad, la impaciencia y el temor silenciaron mis palabras, mas la esencia de mi alma, a viva voz sigue clamando a la oscuridad que en mis sueños nos une, que encienda en la noche todas las estrellas, para que a pesar de la lejanía, en lo mas profundo de mi sentir, pueda junto a Usted una por una, contarlas.

Bajo mi encapotado cielo repleto de nubes grises, puedo ver la luz del sol que a otros ilumina, me embarga la tristeza al ver, al pensar... solo regresar a mis sueños, lejanos recuerdos, me consuela. Verme a Sus pies, Suya, me hace volver la vista hacia el interior de mi alma y ver esa suave luz, más clara y brillante que la luz del sol, la mas pura de todas.

Siento mi luz ardiendo, explotar en la dificultad de mi calma, forzosa serenidad que me entristece, que me agota y a la vez me quita el sueño, puedo sentir la cercanía de lo que está por llegar, y siento...

No precisare de estrellas que iluminen mi cielo entonces, el brillo de Sus ojos me bastará para sentir la mayor dicha, cuando a Sus pies, postrada, sometida, feliz...aun con mis ojos cerrados le sienta, cuando alce la mirada, le vea, y sepa que es verdad... cuando pueda en lugar de estrellas, contar Sus caricias, Sus besos, Sus dulces castigos, Sus torturas, el orgullo de las marcas sobre mi piel desnuda.

Entonces será Su luz la que me ilumine, la única que mis ojos deseen ver, mi alma ya no gritará de anhelo, mis gritos serán de placer.



vera.







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