lunes, 13 de julio de 2015

El Reloj




Danza mi corazón, siento su apresurado y sonoro latir en mi pecho cual música de tambores anunciando lo que ha de llegar.

Mi calma se torna ansiedad y mi alma canta. Clama premura al reloj contradiciendo así a la letra de ese hermoso y triste bolero. 

Ni siquiera esas palabras de temor a una permanente ausencia, suplicando que el rotundo tic tac se detenga, pueden resultarme tristes ahora... Porque a pesar de todo, esas varillas que ahora se me antojan desesperadamente lentas, en ese reloj antaño tristemente dormido, el tiempo me demuestra que todo vuelve, que todo llega.

La larga espera se torna dulce por momentos a cada segundo que pasa y todo mi ser emana dicha y felicidad.

Cierro los ojos en un vano intento de mantener la calma y le puedo divisar frente a mí. Regio, mostrando media sonrisa con tez seria y dulce a la vez, como si ni tan siquiera un segundo hubiera transcurrido desde mis ultimas horas en Sus brazos.

Escribo ahora... Escribo sin pensar, sin saber, pues mi mente navega lejos, en un mar repleto de sentimientos pasados, sufridos, vividos, anhelados... puedo sentir el roce de Sus dedos en mi piel, el dolor tornarse placer infinito en Sus manos, el sabor dulce de Sus labios penetrando despiadado en mi boca, mi cuerpo ofrecido, entregado fielmente a ese hermoso y eterno sentir... sabiendo cerca tan esperado momento.

Una vez más el dolor se torna placer, entrega, amor infinito, palpable en una espera realmente dulce, sabiéndome pronto en Sus manos.

Grita mi alma un ruego, una suplica a tan caprichoso reloj, raudo y veloz para unos y sin embargo desesperadamente lento para otros... que no se detenga, que a cada tic tac me acerque un poco mas a ese lugar tan esperado, al que tanto deseo, al que tanto he anhelado... Ese adorado lugar donde mi alma entregada espera a mi cuerpo, ese lugar a los pies de mi Dueño, que a su vez... también espera.



vera.




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