Danza mi corazón, siento su apresurado y sonoro latir en mi pecho cual música de tambores anunciando lo que ha de llegar.
Mi calma se torna ansiedad y mi alma canta. Clama premura al reloj contradiciendo así a la letra de ese hermoso y triste bolero.
Ni siquiera esas palabras de temor a una permanente ausencia, suplicando que el rotundo tic tac se detenga, pueden resultarme tristes ahora... Porque a pesar de todo, esas varillas que ahora se me antojan desesperadamente lentas, en ese reloj antaño tristemente dormido, el tiempo me demuestra que todo vuelve, que todo llega.