Ser sumisa es…
La forma más absoluta de amar, de ser. Sintiendo que tu
entrega va mucho más allá incluso de palabras hermosas que recitar cual… “te
entrego mi cuerpo, mi mente, mi alma….”
Es darte entera, absolutamente, sin límites ni condiciones,
solo a Él. Olvidar el mundo y dar tu confianza, tu espera, tu amor, tu sufrimiento, tu vida, tu dolor, tu sentir, tu entrega, dando a todo ello un nuevo
significado… el infinito.