No es una decisión, ni siquiera una elección, es un
sentimiento tan profundo que te desgarra desde el interior de tu alma para
jamás volver a ser lo que antes fuiste.
Has dejado de ser esa persona que eras, para sentir que tu
cuerpo, tu mente, tu alma… no van a pertenecer a nadie más que a Él, pues ni
siquiera a ti te pertenecen.
Sientes que eres Suya, desde lo más profundo de tu ser hasta
el último de los poros de tu piel.